El sanador de caballos de Gonzalo Giner
No te dejes avasallar por nadie y aunque hayas nacido en un hogar humilde, no te consideres por ello indigno. Si luchas con esfuerzo, conseguirás todo lo que te propongas. Y por último, cuida y protege a tus hermanas, llevan tu misma sangre... Hijo mío, jamás olvides que tuviste un padre que te quiso más que a nada en el mundo, y que un día, orgulloso, te mirará desde el cielo
|