Me he querido mentir que no te amo de Gilberto Owen
Brazo oscuro y sinuoso, la colina ciñe (pero qué estrecho, hasta asfixiarte) la cintura de luz del lago. Tan apretadamente, que se llora pensando en que no va a poder comerse la manzana redonda de la luna, que le ofrece en la boca azul aquel arroyo serpentino. |