La muerte de Belle de Georges Simenon
Pero mucho antes de que empezara a hablar, Ashby había tenido la impresión de hallarse excluido, al menos de forma momentánea, de la comunidad. Tal vez no se tratase, hablando en propiedad, de exclusión. Tal vez, incluso, era él quien no sentía su corazón latir al unísono de los otros.
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