El amor dura tres años de Frédéric Beigbeder
Mi existencia absurda bien se merecía un frenazo. Concentrarse. Hacer solo una cosa a la vez. Acariciar la belleza del silencio. Disfrutar de la lentitud. Escuchar el perfume de los colores. Todas esas cosas que el mundo quiere prohibirte.
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