Mortal y rosa de Francisco Umbral
Los años dan nobleza, sin duda. Todo joven es un parvenu de la fisiología. Esto no es una manera de consolarse. No hay nada como la juventud. La juventud es una divina vulgaridad. Los años estilizan, aristocratizan, dignifican un poco, y llegan incluso a individualizarnos. Pero preferíamos la democracia gloriosa de la juventud a estas distinciones y medallas de edad que nos pone la vida.
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