Laín de Francisco Narla
Trovador, y también algo más. Lo reconozco. Hechizado por los dados, rufián de medio pelo, vividor de ilusiones, enamorado del vino, soñador de historias, deudor de cualquiera, ladrón a veces, nunca santo, espabilado siempre y, más que nada, ofuscado por las faldas que se deslizan rápido por piernas impacientes. |