El pagaré de Francis Scott Fitzgerald
El día 14, un contenido silencio invadió las oficinas y abajo, en el departamento de ventas, los empleados miraban nerviosos los espacios vacantes que quedaban entre las pilas de libros, así como los escaparates vacíos, donde tres expertos escaparatistas iban a pasarse la tarde trabajando para disponer los libros en cuadrados, pilas, montones, corazones, estrellas y paralelogramos.
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