El gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald
Me sentí solo durante un día, más o menos, hasta que una mañana alguien que había llegado después que yo me paró en la carretera. —¿Cómo se va a West Egg? —me preguntó, despistado. Se lo dije. Y, cuando proseguí mi camino, ya no me sentía solo. Yo era un guía, un explorador, uno de los primeros colonos. Aquel hombre me había conferido el honor de ser ciudadano del lugar. |