Cancionero de Francesco Petrarca
-Mira aquel monte, corazón aciago, do dejamos ayer a la que un día nos mostró compasión, más hoy querría arrancarnos de lágrimas un lago. Vuelve allí, que de estar solo me pago, e intenta comprobar si todavía para el duelo creciente hay mejoría, oh de mi mal partícipe y presago. -Que a ti mismo te olvidas oigo y veo y crees al corazón en tu costado, lleno de pensamientos miserables. Al alejarte del mayor deseo, tú te fuiste, pero él allí ha quedado, escondido en sus ojos adorables. |