Cancionero de Francesco Petrarca
A ella Amor me ha devuelto lisonjeado y en la antigua prisión a estar me obliga, y las llaves le ha dado a esa enemiga que todavía me sigue enajenando. No me di cuenta, ¡triste!, sino cuando estuve en su poder; y con fatiga (¿quién lo creerá, aunque jure lo que diga?) vuelvo a la libertad, mas suspirando. Y, cual cuitado preso, totalmente de mis cadenas aún no me liberto, y hablan del corazón ojos y frente. Cuando hayas mis colore descubierto, dirás: "Si veo y juzgo rectamente, éste se halla muy cerca de estar muerto". |