El sueño de Paloma Sanlúcar de Ernestina Yépiz
Si bien el amor no podía ser sino una enfermedad o un padecimiento, nunca- nunca- dejaba de ser un deseo y ese mismo deseo es el que hacía que por obra y gracia de la divinidad o del azar, así fuera en el lugar más recóndito, los que estaban destinados a encontrarse se encontraran. Sin importar, en lo absoluto, que hubieran pasado cien o más años.
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