Los cuervos del Vaticano de Eric Frattini
La verdadera política vaticana, como sucedía siglos atrás, sigue desarrollándose en silenciosos y escasamente iluminados saloncillos, provistos de sofás de terciopelo rojo, dobles puertas y elegantes estucos con angelitos y odaliscas, a los que tan solo se accede siendo poderoso o amigo de los poderosos. Allí, entre medias palabras y frases no dichas pero sobreentendidas, los altos miembros de la curia consiguen activar y desactivar descalabros financieros, ocultar escándalos, mover, como si de piezas de ajedres se tratara, tanto a prelados sin escrúpulos como a los deseosos de limpiar la Iglesia por dentro.
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