La sirena negra de Emilia Pardo Bazán
"Escribir, hablar, son las válvulas por donde desahogamos lo superfluo de la actividad del cerebro. Remedio probado contra los impulsos absurdos que nos precipitan al disparate o a la acción prohibida o criminal. El alma se liberta con rasguños y palabras, con aire y papel. No soy nada amigo de máximas; pero reconozco que del dicho al hecho... Fanfarroneamos hasta con nosotros mismos; nos contamos mentiras, nos juramos que haríamos esto y lo otro... y nada hacemos, en puridad. Aire, ceniza de voluntades y deseos... " (Pág.123).
|