Un cuento perfecto de Elísabet Benavent
Y no sé si lo sabes, pero el cerebro y el corazón, la cabeza y el pecho son viejos enemigos. Se dan la voz de alarma, se ignoran, se lanzan el uno al otro hacia lo desconocido. Entre la cabeza y el pecho donde sucede la parte que duele. Siempre está ahí. Siempre. |