El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
No digo que te tengas que contentar con alguien que no te haga sentir mariposas en el estómago…, te pregunto si sabes que la vida de esas mariposas es bastante efímera, que el amor no tiene por qué ser para siempre, que el amor es imperfecto. Que no hay fuegos artificiales cuando besas…, solo buenos y malos besos y algunos con aliento mañanero. Y, por supuesto, por el hecho de estar enamorado, no hay una norma no escrita que imponga que el sexo sea perfecto: ni os tenéis que correr a la vez en un orgasmo de oso amoroso ni se deja de follar como perros por el hecho de quererse.
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