Martina con vistas al mar de Elísabet Benavent
Pero no había duda, estaba enamorándome. Y solo pedía que el tiempo fuera suministrándonos aquel amor con cuentagotas para que no se acabara nunca y para que no nos matara si seguía creciendo.
|
Martina con vistas al mar de Elísabet Benavent
Pero no había duda, estaba enamorándome. Y solo pedía que el tiempo fuera suministrándonos aquel amor con cuentagotas para que no se acabara nunca y para que no nos matara si seguía creciendo.
|