Los días del abandono de Elena Ferrante
¡Que error había sido encerrar el significado de mi existencia en los ritos que Mario me ofrecía con prudente emoción conyugal!¡Que error había sido confiar el sentido de mi vida a sus gratificaciones, a sus arrebatos de entusiasmo, al recorrido cada vez más fructífero de su vida!¡Que error había sido, sobre todo, creer que no podía vivir sin él, cuando desde hacía tiempo tenía serias dudas de que con él estuviese viva!
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