Las deudas del cuerpo de Elena Ferrante
Desde hacía unos diez años el Dios de la infancia, que ya era bastante débil, se había retirado a un rincón como un anciano enfermo y yo no sentía ninguna necesidad de la santidad del matrimonio
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Las deudas del cuerpo de Elena Ferrante
Desde hacía unos diez años el Dios de la infancia, que ya era bastante débil, se había retirado a un rincón como un anciano enfermo y yo no sentía ninguna necesidad de la santidad del matrimonio
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