Elana K. Arnold

Para que Emory ocupe el lugar de su padre como rey, debe hacer lo que su padre había hecho, y su padre antes que él. Debe conquistar un dragón y rescatar a una damisela, y tomar a esa doncella como su esposa.

Escucho la rabia en el rugido, pero sus oidos no percibian toda la verdad. Porque no escucho la angustia del dragon. No escucho su pena. No considero la razon por la que la bestia habria dejado caer la cabeza, cerrando los ojos. Lo unico que vio fue un enemigo y una oportunidad

Era demasiado y no era suficiente, ambas cosas al mismo tiempo. Demasiado grande y lo suficientemente enorme; demasiado brillante y lo suficientemente luminosa; demasiado cariñosa y no lo suficientemente afectiva

Esa es la forma de ser mujer, de esculpirse a si misma, de adaptarse a la tarea, pero, tambien, de ser capaz de esculpirse de manera distinta cuando una forma diferente es necesaria.

Sin embargo, los secretos, como los recuerdos, no desaparecen solo porque sean enterrados por la nieve, el tiempo o la distancia.

Tu espada es un arma. Tu mente es otra. Pero tienes una tercera, y para conquistar al dragon necesitaras de las tres.

No hay mejor momento para maravillarse que cuando la propia vida se enfrenta a la posibilidad real de terminar.

Ella le pertenecia al sol y provenia del sol. No era un juguete de este pequeño hombrecillo.

Tal vez hoy moriria. Tal vez viviria. Pero cualquiera que fuera el resultado, no vacilaria.

Eres una encomienda que con mucho gusto cargare sin importar la inmensidad de la distancia.