El rey recibe de Eduardo Mendoza
Los españoles éramos diferentes en el mejor sentido de la palabra: más alegres y despreocupados, más amables y desprendidos, más simpáticos y salerosos. También en el peor sentido : más vagos, más irresponsables, más sinvergüenzas y más catetos. Ahora la suma de estas características era la divisa fuerte de la nueva economía española (página 64)
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