EL NIÑO REPUBLICANO de Eduardo Haro Tecglen
No me era posible. Una cuestión de ética; no me parecía mal fingir, para mí, que asistía a misa y seguía los graciosos movimientos rituales de los demás; pero me parecía que estaba traicionando a los fieles, a los verdaderos creyentes, colocando a un tipo como yo entre ellos.
|