Ruido de fondo de Don DeLillo
La autocompasión es un sentimiento que he cultivado con gran esfuerzo. ¿Por qué ha de abandonarla uno simplemente porque crece? Los niños son maestros en experimentarla, lo que parecería significar que se trata de algo natural e importante. Imaginarse a uno mismo muerto constituye la forma más barata, más sórdida y más satisfactoria de autocompasión infantil. Qué tristes y arrepentidos parecen todos cuando los tienes agrupados en torno a tu gran ataúd de bronce. Ni siquiera se atreven a mirarse a los ojos porque todos saben que la muerte de ese hombre decente y compasivo es el resultado de una conspiración en la que todos ellos han intervenido.
|