Ruido de fondo de Don DeLillo
Advertí que el lugar se hallaba inundado de ruido. Sistemas atonales, traqueteos y chirridos de los carritos, altavoces y máquinas de café, gritos infantiles. Y sobre todo ello —o quizá bajo todo ello— un rugido sordo e ilocalizable como el que produciría cierta forma multitudinaria de vida inmune a la aprehensión humana.
|