Todo esto te daré de Dolores Redondo
(…) muy a menudo, tras una confesión, sobreviene la vergüenza, el arrepentimiento, no por el hecho confesado, sino porque es imposible evitar que sobrevuele la sospecha de habernos precipitado, de haber confiado en la persona equivocada y de haber dejado al descubierto una parte de nuestra vida, que, aun siendo una carga, mientras era secreta nos fortalecía.
|