Forastera de Diana Gabaldon
Creo que todos poseemos un rincón dentro de nosotros, un sitio privado que guardamos para nosotros. Es como un pequeño fuerte donde habita la parte más íntima de cada uno…, quizá sea el alma, o lo que sea, que hace que seas tú y no otra persona. La lengua tanteó de manera inconsciente el labio hinchado mientras pensaba. —Por lo general, nadie enseña ese rincón a nadie, salvo a veces a alguien al que se ama mucho. —La mano se relajó y se acomodó en mi rodilla. Tenía los ojos cerrados otra vez, las pestañas selladas contra la luz. »Y ahora siento… como si mi propio fuerte hubiera sido volado con pólvora. No queda nada de él excepto cenizas y una cumbrera humeante. Y la cosa pequeña y desnuda que vivía allí está al descubierto. |