Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Una mañana me levanté y pensé que debí escribir, que tenía que atarme a la silla, y que debía continuar buscando, incluso con la certidumbre de no encontrar nunca respuesta.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Una mañana me levanté y pensé que debí escribir, que tenía que atarme a la silla, y que debía continuar buscando, incluso con la certidumbre de no encontrar nunca respuesta.
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