La sombra de la noche de Deborah Harkness
—Philippe me dijo un día que el apareamiento era cosa del destino. Que, cuando te encontrara, no me quedaría más remedio que aceptar la voluntad del destino. Pero no es así como funciona en absoluto. En todo momento, durante el resto de mi vida, te elegiré a ti: por encima de mi padre, por encima de mis propios intereses, incluso por encima de la familia De Clermont. —Los labios de Matthew presionaron los míos, silenciando mis protestas. No cabía duda de la convicción que había en aquel beso.
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