Dulce Despedida de David Nicholls
Por eso es tan triste el verano: porque se supone que deberías ser feliz. Personalmente, no veo la hora de volver a ponerme pantalones largos y encender la calefacción central. Al menos durante el inviernos está permitido sentirse triste, nadie espera que flotes en un campo de girasoles. Y parece que nunca acaba, ¿verdad? Es infinito, y nunca es lo que quieres que sea.
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