Dulce Despedida de David Nicholls
Aunque sí me pareció muy bonita, no me sentí tocado por una varita mágica, no sonaron un par de notas del arpa y no hubo un cambio en la iluminación. Si ese verano hubiera tenido más cosas para hacer o hubiera sido más feliz en mi casa, tal vez no habría pensado tanto en ella, pero no tenía ni cosas para hacer ni era feliz, así que me enamoré.
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