Rebeca de Daphne du Maurier
No podía evitar que ella se presentara en mis pensamientos y en mis sueños. No podía evitar sentirme como una huésped en Manderley, mi casa, caminando por donde ella había caminado, descansando donde se había recostado. yo era como una invitada, aguardando el momento en que regresara anfitriona
|