Manhattan Crazy Love de Cristina Prada
Al levantarme, me golpeo la cabeza con la mesa. Uf, qué daño. Me llevo la mano donde me he dado el topetazo y entonces oigo un característico sonido que justo en ese preciso instante me da auténtico pavor. Alzo la cabeza y veo la lata de Coca-Cola light, esa que tan merecida me creía tener, tumbada y el refrescante líquido empapando por completo mi móvil. «Eso por preguntarte qué más podía pasar.» Me quedo sentada en el suelo, rodeada de carpetas y papeles y viendo cómo mi smartphone se da un baño de burbujas. Me niego a levantarme.» |