Las damas de Grace Adieu de Susanna Clarke
En Cambridge me asombraba lo pronto que la gente tomaba a mal todo lo que yo decía, pero ahora comprendo que no eran mis palabras lo que les ofendía, sino esta cara mía de duende.
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Las damas de Grace Adieu de Susanna Clarke
En Cambridge me asombraba lo pronto que la gente tomaba a mal todo lo que yo decía, pero ahora comprendo que no eran mis palabras lo que les ofendía, sino esta cara mía de duende.
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Las damas de Grace Adieu de Susanna Clarke
Si ya no hay magia en Yorkshire, ¿dónde vamos a encontrarla?
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Piranesi de Susanna Clarke
“[…] quizá la sabiduría de los pájaros no resida en los individuos, sino en el grupo, en la bandada.”
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Piranesi de Susanna Clarke
Anoto en mis cuadernos lo que observo. Lo hago por dos razones, primero porque la Escritura te inculca el hábito de la precisión y el esmero, y en segundo lugar porque intento preservar para ti, la Décima Sexta Persona, aquellos conocimientos que pueda tener.
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Piranesi de Susanna Clarke
Caí en la cuenta de que la búsqueda del Conocimiento nos ha empujado a pensar en la Casa como si fuera una suerte de acertijo por resolver, un texto por interpretar, y que si algún día descubrimos el Conocimiento, entonces tendremos la sensación de que la Casa ha perdido su Valor y no es más que un mero decorado. La imagen de la Sala Ciento Noventa y Dos al Oeste bañada por la Luz de la Luna me hizo advertir la ridiculez de todo aquello: la Casa es valiosa porque es la Casa; es suficiente en Sí, de por Sí. No es el medio para un fin.
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Piranesi de Susanna Clarke
- Era una imagen de grandeza cósmica, supongo, un símbolo de la mezcla de gloria y horror que supone la existencia, de la que nadie sale con vida.
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Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
Childermass era una de esas personas de incómodo trato que, por su modesta extracción, están destinadas a servir a sus superiores toda la vida, pero, por su perspicacia y habilidad, se creen merecedoras de reconocimientos y recompensas que están fuera de su alcance. De vez en cuando, por una insólita combinación de circunstancias afortunadas, esos hombres llegan a la preeminencia, pero lo habitual es que se sientan amargados por la frustración de sus aspiraciones, se dejen ganar por la desidia y desempeñen sus funciones igual —si no peor— que sus compañeros menos capaces. Se vuelven insolentes, pierden el empleo y acaban mal.
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Jonathan Strange i el senyor Norrell de Susanna Clarke
- La seva religió és d'allò més estricta. Els hi prohibeix gairebé tot, menys les catifes. Stephen va observar aquells homes que deambulaven lúgubrement pel mercat, mantenien la boca tancada per no pronunciar alguna paraula prohibida,la mirada fugissera per no contemplar visions prohibides,les mans quietes per evitar actes prohibits. Li va semblar que existien només a mitges. Podrien ser somnis o fantasmes. A la ciutat silenciosa i el paisatge silenciós, només el vent càlid semblava tenir consistència. Pensava que no li sorprendria si un dia el vent s'emportava la ciutat i els seus habitants |
Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke
«Señor, yo os traigo los árboles y las colinas. Os traigo el viento y la lluvia»
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Gregorio Samsa es un ...