Aprendiendo a vivir de Clarice Lispector
A veces me sentaba en la hamaca columpiándome con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. Ya no era una niña con un libro, era una mujer con su amante.
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Aprendiendo a vivir de Clarice Lispector
A veces me sentaba en la hamaca columpiándome con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. Ya no era una niña con un libro, era una mujer con su amante.
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