Tres luces de Claire Keegan
[“Al principio, me costaban las palabras más largas, pero Kinsella mantenía la uña debajo de cada una, pacientemente, hasta que la adivinaba y entonces hice eso yo sola hasta no necesitar más adivinar y seguí leyendo. Fue como aprender a andar en bici; sentí cómo arrancaba, la libertad de ir a lugares a los que no había podido ir antes, y resultó fácil.”]
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