Lady Jane de Charlotte Grey
El corazón comenzó a bombearle deprisa, como si llevara un tambor escondido bajo el corsé. Por el rabillo del ojo vio cómo el marqués se movía y bajaba la escalera. La boca de Jane se secó por completo y apenas podía despegar la lengua del paladar. El cuerpo se le tensó, a la espera de que él se acercase. Pasaron los segundos, y tal cosa no sucedió.
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