|
|
Lady Emma de Charlotte Grey
-Se preguntará por qué he sacado este tema a colación -comentó-. Usted me recuerda al Coliseo. -¿Cómo dice? -Emma lo miró con una ceja arqueada. -Maravillosa, pero solo con una pequeña parte visible. |
Lady Jane de Charlotte Grey
Su relación con Blake, si es que aquello podía denominarse así, había concluido. ¿Y qué? Él había sido sincero con ella desde el inicio, no podía reprocharle nada. Excepto, tal vez, el haberle descubierto todo un mundo por explorar y haberla abandonado a sus puertas.
|
Lady Jane de Charlotte Grey
es absurdo mentir a los que mas queremos. solo ellos seran capaces de entendernos sin juzgarnos y abrazarnos cuando llegue ka tormenta
|
Lady Jane de Charlotte Grey
La vida es un juego, no lo olvide, y usted debe aprender a jugar con sus propias reglas.
|
Lady Emma de Charlotte Grey
—Yo... quiero ser libre, y vivir mi vida como yo quiera. No deseo estar atada a un hombre que controle lo que gasto, lo que leo o lo que hago.
|
Lady Emma de Charlotte Grey
Era evidente que Hugh Barrymore tenía mucha más fe en Emma Milford que ella misma.
|
Lady Emma de Charlotte Grey
—Exacto. No tendría que suponer ningún problema que yo decida qué hacer con mi cuerpo... y con quién. —No, no debería. Pero el mundo no funciona así, lo sabes tan bien como yo. —¿Y de quién es la culpa? —¿Mía? —La miró, aturdido, y a Emma se le escapó una carcajada. —No, tonto, claro que no. Bueno, tal vez un poco. En fin..., da igual. Estoy demasiado cansada para esta conversación. |
Lady Emma de Charlotte Grey
Quizá, después de todo, estaba equivocada con respecto a la idea del matrimonio. Solo que no se le ocurría nadie capaz de poder compartir con ella el tipo de vida que buscaba.
|
Lady Emma de Charlotte Grey
Sus salidas nocturnas le procuraban un palpable esparcimiento, pero también era cierto que no llegaba a disfrutarlas del todo, siempre temerosa de que alguien descubriera su disfraz y se produjera un escándalo. En muchas ocasiones se había planteado abandonar aquellas aventuras, porque el daño que podría llegar a causar a su familia sería descomunal, pero luego descartaba la idea. Eran los momentos en los que más libre se sentía, y no estaba dispuesta a renunciar a ellos. Aún no. |
Lady Emma de Charlotte Grey
Entonces su amiga comenzó a llorar y Emma la abrazó, con fuerza, para ahogar sus propios sollozos, mientras sentía el corazón romperse en mil pedazos por todo lo que ya nunca sería, por todo lo que ambas habían perdido.
|
|
|
Lady Jane de Charlotte Grey
A Jane le parecía injusto que hubiese de aguardar a que fuese él quien se aproximase. Si ella deseaba bailar con alguien, ¿por qué no le estaba permitido solicitarlo sin más? ¿Tan terrible sería? Sabía cuál era la respuesta a esa pregunta, por supuesto que la sabía. A las mujeres no les estaba permitido expresar de forma abierta sus deseos, debían esperar a que los hombres los adivinasen. ¡Menuda estupidez!
|
Lady Jane de Charlotte Grey
Ni en sus más atrevidos sueños había imaginado que llegaría tan lejos con aquella joven inexperta en lo que solo era un entretenimiento pasajero. Oh, claro que sabía que esa noche la haría disfrutar y que la invitaría a descubrir nuevos placeres, pero no había contado con que él se dejaría arrastrar, ni tan lejos. Demasiado lejos. [...] Una cosa era juguetear un poco, experimentar, vivir un puñado de instantes deliciosos... pero aquello estaba mal. Él no tenía intención de pedir su mano, e intuía que ella era consciente de ese hecho. Podía haberla arruinado para siempre, podría haberlos arruinado a ambos. |
Lady Jane de Charlotte Grey
No, él no podía hacerle eso a Jane. Si él moría, no quería que ella padeciese, ni siquiera un poco. [...] Solo imaginarla sufriendo por su causa le destrozaba el alma. Tenía que evitarlo. Tenía que evitar que ella le amase, aunque no tenía maldita idea de cómo lograr eso, porque estar a su lado era lo único que a él le importaba, lo único que lo convertía en un hombre completo. |
Lady Jane de Charlotte Grey
No conseguía entender por qué, de entre todos los caballeros que había conocido en los últimos días, él era el único al que echaba de menos.
|
Lady Jane de Charlotte Grey
El corazón comenzó a bombearle deprisa, como si llevara un tambor escondido bajo el corsé. Por el rabillo del ojo vio cómo el marqués se movía y bajaba la escalera. La boca de Jane se secó por completo y apenas podía despegar la lengua del paladar. El cuerpo se le tensó, a la espera de que él se acercase. Pasaron los segundos, y tal cosa no sucedió.
|
Lady Jane de Charlotte Grey
Todo el mundo sabe que a una joven soltera que posea cierta fortuna le hace falta un esposo.
|
|
¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?