Doctor Marigold de Charles Dickens
Los dos ancianos, aunque ya no trabajaban, terminaron dedicando todo su tiempo a la venta ambulante, y se pasaban el día intentando colocarle gangas a esa familia. Cuando ponían el mantel para comer, mi padre empezaba a entrechocar platos y fuentes, cosa que hacemos en mi gremio cuando ofrecemos una vajilla al mejor postor
|