Todos los días son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta
Ahí anda. Pero ya no me duele. Por fin no me duele. Ando orgullosa de mi falta de dolor. Después, cuando me acuerdo de mí misma pensando eso, me doy ternura. No conocía el dolor. |
Todos los días son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta
Ahí anda. Pero ya no me duele. Por fin no me duele. Ando orgullosa de mi falta de dolor. Después, cuando me acuerdo de mí misma pensando eso, me doy ternura. No conocía el dolor. |