El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
Ahora se sentía bien. Murmuró algunas palabras en voz alta: 'Señor, perdóname, porque no sé lo que hago.' ¿Por qué había pensado en eso? Todo el mundo en los últimos años sabía que no había ningún Dios. cuándo pensaba en Él solía imaginarse que Dios era señor Singer con una larga y blanca sábana envolviéndole. Dios era el silencio...; quizá por eso, se lo había recordado. Dijo nuevamente las palabras, tal como se las diría al señor Singer: 'Dios, perdóname, porque no sé lo que hago.'
|