Reflejos en un ojo dorado de Carson McCullers
Sucede que en los momenos en que se espera un golpe muy fuerte pero desconocido, la mente se prepara instintivamente y abandona de manera momentánea la facultad de sorprenderse.
|
Reflejos en un ojo dorado de Carson McCullers
Sucede que en los momenos en que se espera un golpe muy fuerte pero desconocido, la mente se prepara instintivamente y abandona de manera momentánea la facultad de sorprenderse.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
Las personas más inesperadas suelen ser un estímulo para el amor.
|
Iluminación y fulgor nocturno de Carson McCullers
Yo sé que en todo momento, no importa donde ella se encuentre, de día o de noche, si la necesito, vendrá.
|
Reloj sin manecillas de Carson McCullers
La ira se desata más libremente con aquellos que son más nuestros...,tan nuestros que la ira y las malas jugadas se nos perdonan.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
El espíritu de un café es algo muy diferente. Todos, hasta los más ricos y los más vulgares, saben que en un café hay que portarse con educación y no se puede ofender a nadie; que los pobres, aunque paguen, miran a su alrededor con agradecimiento, pinchan los arenques con delicadeza y modestia, ya que el ambiente de un verdadero café tiene que reunir estas cualidades: compañerismo, satisfacción del estómago, y cierta alegría y gracia de modales.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
Cuando se ha vivido alguna vez con otra persona, es un tormento tener que vivir solos. El silencio de una habitación donde arde el fuego, cuando de pronto se para el tictac del reloj; las sombras obsesionantes de una casa vacía... es preferible caer en manos de nuestro peor enemigo que enfrentarnos con el terror de vivir a solas.
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
Vapuleados, encadenados y vendidos en el mercado, aun morían otros pocos. Y por fin, a traves de los años, los más fuertes de mi raza todavía se hallan aquí. En sus hijos, en sus hijas, nietos y biznietos.
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
No necesitamos más hijos, sino más oportunidades para los que hemos traído al mundo.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
Con cuidado, para que Emily no se despertara, se deslizó en la cama. A la luz de la luna contempló por última vez a su mujer. Sus manos buscaron la carne inmediata y la pena igualó al deseo en la inmensa complejidad del amor.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
Por las noches, cuando volvían de su casa, se quedaban mirando a los niños como preguntándose de dónde habían podido salir. Si los niños lloraban, les pegaban, y lo primero que aprendieron aquellas criaturas en este mundo fue a buscar el rincón más oscuro de la casa para esconderse bien.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
Por primera vez en su vida no sabía qué camino tomar. Y, como suele ocurrir cuando se anda titubeando, hizo lo peor que podía hacer: tomar por varios caminos a la vez, unos en un sentido y otros en el sentido contrario.
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
Esa habitación interior era un lugar muy íntimo. Podía hallarse e un lugar lleno de gente y sin embargo sentirse totalmente aislada.
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
El sol quemaba como un hierro al rojo que le apretara la cabeza. La ciudad le parecía el lugar más solitario que jamás conocieran. La quietud de la calle le daba una extraña sensación. Cuando estaba borracho, el lugar le había parecido violento y ruidoso. Y ahora era como si todo se hubiera detenido repentinamente.
|
La balada del café triste de Carson McCullers
Pero los corazones de los niños son unos órganos delicados. Una dura entrada en la vida puede dejarlos deformados de mil extrañas maneras. El corazón herido de un niño se encoge a veces de tal forma que se queda ya para siempre duro y áspero como el hueso de un durazno. O, al contrario, es un corazón que se ulcera y se hincha hasta volverse una carga penosa dentro del cuerpo, y cualquier roce lo oprime y lo hiere.
|
¿Quién Ha Visto El Viento? de Carson McCullers
"Una mañana por aquella época tuvo una experiencia que no olvidaría nunca, aunque no sucedió nada, absolutamente nada. Era un soleado día de otoño con un cielo hermoso y verde por encima de los rascacielos. Había ido a desayunar a una cafetería y estaba sentado junto a una brillante cristalera. La gente pasaba deprisa por la calle, todos camino de algún sitio. Dentro de la cafetería había el bullicio habitual del desayuno, el entrechocar de bandejas y el ruido de muchas voces. La gente entraba, comía y se marchaba, y todo el mundo parecía seguro de sí mismo y de adónde iba. Parecían dar como evidente una meta que no era únicamente la rutina de sus empleos y de sus citas. Aunque la mayoría de la gente estaba sola, de algún modo parecían los unos parte de los otros, y parte todos ellos de la luminosa ciudad otoñal. Sólo él quedaba al margen, una cifra aislada en el diseño de una ciudad con un destino.[...] Fue una hora de desolación aunque no sucediera nada." (¿Quién ha visto el viento? Pág.291).
+ Leer más |
¿Quién Ha Visto El Viento? de Carson McCullers
"Sintió que la médula de sus huesos se vaciaba y que no le quedaba sangre dentro. El corazón, que toda la tarde le había golpeado contra el pecho, lo sintió muerto, lo vio gris, blando y encogido por los bordes como una ostra." (Wunderkind. Pág.117).
|
¿Quién Ha Visto El Viento? de Carson McCullers
"Los recuerdos infantiles poseen una extraña cualidad volandera, y zonas de oscuridad rodean los espacios de luz. Los recuerdos de infancia son como velas encendidas en una hectárea de oscuridad, e iluminan escenas inmóviles, separándolas de la negrura circundante." (El orfanato. Pág.65).
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
Mick Kelly y Jake Blount y el doctor Copeland llegaban y se ponían a hablar en la silenciosa habitación, porque sentían que el mudo siempre comprendía, fuera lo que fuera lo que quisieran decirle. Y tal vez incluso más.
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
-Tengo algo de negro y de italiano, y de eslavo y de chino. De todos ellos. -Hubo algunas risas-. Y soy holandés, y turco, y japonés, y americano -añadió caminando en zig zag alrededor de la mesa donde el mudo se tomaba su café. Su voz era estentórea y cascada-. Soy el que sabe. Soy un extranjero en tierra extraña.
|
El corazón es un cazador solitario de Carson McCullers
Las palabras sonaban claramente en sus oídos, pero carecían de forma y significado fueran como el agua que rompía contra ella y luego fluía por sus costados.
|
¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?