Somos luces abismales de Carolina Sanin
Imagino que las labores del tiempo se dividen en dos filas, una a la izquierda y otra a la derecha, como nosotros cuando entramos en la Iglesia. Por un lado está lo que nos pasa y, por el otro, lo que hacemos. Quizás lo que podemos darles a quienes nos sobrevivirán son los acontecimientos, no las obras; no lo que hemos hecho, sino lo que nos ha sucedido y podemos relatar. Cada cosa que nos pasa da testimonio de nuestra entrega al mundo y afirma que el mundo supo que existíamos, mientras que lo que hacemos es solo la huella de nuestro entretenimiento, de nuestra espera solitaria de la muerte.
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