Nadie muere en Wellington de Carmen Sereno
Vivir es caminar por el filo de una navaja y, quizá por eso, las pieles menos heridas acaban siendo las más defectuosas.
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Nadie muere en Wellington de Carmen Sereno
Vivir es caminar por el filo de una navaja y, quizá por eso, las pieles menos heridas acaban siendo las más defectuosas.
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