La Bella Otero de Carmen Posadas
Paris, que trataba de olvidar la guerra franco-prusiana con una joie de vivre, donde surgían nuevas creencias en lo que respecta a la religión y la moral, que se hace permisiva. La consigna era disfrutar de la vida y pasarlo bien con el lema « haz lo que quieras », pero eran placeres reservados a la pequeña y mediana burguesía excluyendo a la clase obrera. Era la época dorada del azar y el juego formaba parte inexcusable del ocio de la clase alta. También encajaba con la época el talante de los duelos, los suicidios y la romántica costumbre de adorar a las horizontales. En aquella época imperaba la palabra honor ante todo, honor de batirse en duelo, de volarse los sesos, de envenenarse, de ir a la guerra, de mantener una actitud impasible frente a los caprichos del destino.
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