Los asesinos del guardián de Carlos Álvarez Parejo
Se trataba de un rompecabezas sin piezas, o con piezas borrosas, o perdidas, caídas bajo el sofá mientras esparcía el puzle, escondidas entre el polvo. Secretos que había que barrer y encontrar. Testimonios que faltaban, hechos del pasado, actos vergonzantes que provocaron daño a alguien, y este alguien volvía para vengarse
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