Los desposeídos de Borbély Szilárd
[…] Se temen los unos a los otros. Temen a los botafuegos, a los pendencieros. Y también a los comunistas. Y a los soplones, que van a la sede del Partido a cantar lo que se ha hablado. Pero no saben quiénes son los soplones, así que desconfían los unos de los otros. Todos de todos. Y tienen miedo.
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