Aunque llueva fuego de Beatriz Esteban
Sus ojos eran más claros de lo que me habían parecido en un principio, del color de la miel, de las avellanas, del atardecer. Y me miraba como si quisiera ver más allá de mí. Como si leyera mi historia en mis pupilas, como si estuviera descubriéndome.
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