Nuestra luz de Arwen Grey
En general, no tenía paciencia para la gente con ego exacerbado ni con los que eran demasiado inseguros, porque se veía reflejado en todos ellos, y era algo muy incómodo. Además, le costaba mantener el pincel alejado de las imperfecciones de los demás. Por eso, creía, que para ser profesor había que estar hecho de una materia especial, o estar fatal de la cabeza.
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