El rastro de Antonio Ortuño
Tardé en recobrarme y, al fin, luego de una temporada de absoluto abatimiento, logré recluirla en una suerte de desván mental: el cuartito de los cachivaches sentimentales, al fondo de mi estantería de autoconmiseración, junto a la orfandad, los recuerdos del año que estuve enfermo y los otros. Y funcionó hasta el día en que me la topé (…) lista para torcerme la vida de nuevo. |