El rastro de Antonio Ortuño
En medio de una tonelada de cosas que no estaba dispuesto a leer o leería mucho después, encontré, sin excepción, libros fascinantes (casi todos, en el fondo, iguales entre sí, pero qué importaba) sobre mundos raros, criaturas imposibles, civilizaciones apócrifas, héroes de primera, segunda o tercera pero siempre animosos, reyes fríos y despiadados y muchachas fuertes y admirables. La felicidad, quiero decir.
|