La bibliotecaria de Auschwitz de Antonio Iturbe
Quería decir si le parece que realmente es quien aparenta. El profesor medita un instante. - No, no lo es. -¿No es quien parece ser? - No. Tampoco yo lo soy. Ni usted. Nadie lo es. Por eso Dios hizo que los pensamientos fueran mudos, para que sólo los pudiéramos oír nosotros mismos. Nadie debe saber qué es lo que pensamos en realidad. Siempre que yo digo lo que pienso, la gente se enfada mucho conmigo. |